6 Mitos sobre relaciones de pareja

Mitos sobre las relaciones de Pareja

Cuando comenzamos una relación con alguien, contamos ya con una serie de ideas preestablecidas acerca de lo que es bueno y lo que es malo.  Creencias que hemos asumido a través de películas, libros, otras relaciones o incluso opiniones que nos dan los demás.


Toda esta información suele ser bienintencionada, pero eso no significa que sea real. Muchísimos mitos sobre las relaciones de pareja y el matrimonio se aceptan en la actualidad a pesar de tener evidencias científicas de que no son así.

Por lo tanto, estas concepciones erróneas  influyen de manera contraria, nos llevan a la insatisfacción, a creer que la pareja está perdida y que no hay solución.

 

Son agentes destructivos como tal, y para ello el
Dr. Gottman , tras estudiar a  más de 650 parejas, rompe con algunos de los mitos más devastadores.


MITOS ROTOS

1.-Los problemas de personalidad arruinan las parejas.

 

Cuántas veces habéis escuchado la frase “Con ese carácter no va a encontrar pareja nunca” o “Con todos sus problemas y su personalidad no le puede ir bien en amor”. Bien, pues la investigación no ha encontrado datos que afirmen que los problemas de personalidad estén relaciones con fracasos amorosos.

 La   razón es que todos tenemos nuestras “pequeñas locuras”, manías, pequeñeces, por lo que es muy difícil ser una persona totalmente estable, que se guíe únicamente por la razón y la lógica. SÍ, somos imperfectos, y eso no es algo  excluyente para tener una relación de pareja.

 

La clave para que una pareja sea feliz y perdure en el tiempo no es tener una personalidad “normal”, si no encontrar a la persona con la concordamos. Tolerar el lado de “locura” de nuestra pareja y ser conscientes de que también tenemos el nuestro. Todo ello con cariño, afecto y respeto.


2.- Los intereses comunes mantienen unida a la pareja.

 

Tener metas comunes en una pareja es algo importante. Es un nexo de unión, donde se comparten aficiones, valores, y sueños.  Pero… el simple hecho de tener esos intereses no salva a la pareja de discusiones o incluso la ruptura. ¿Por qué?
Pues, porque más importante es cómo se realicen y de qué forma se lleven a cabo esos intereses, que el mero hecho de compartirlos.

Imagínese una pareja que comparte el interés por conocer nuevos lugares y viajar en coche juntos. Estas parejas pueden realizar los viajes contando historias, riendo, cantando en el coche… y ese momento es realmente un nexo de unión. 

Pero... y si en lugar de eso pasan en viaje diciendo: "Así no se conduce idiota" "Esa música que llevas es muy mala" o mantenerse en silencio durante todo el trayecto. En este caso, aunque tienen un interés común, no es algo que beneficia a la relación.


 


3.- Yo te doy y tú me das.

 

En todas las relaciones que entablamos con las personas hay un contrato. Efectivamente en las relaciones laborales el contrato es explícito y acordado, "hasta cierto punto", por ambas partes. En el resto de contactos con las personas, el contrato que tenemos es implícito, es decir, se sobreentiende los hechos que tiene que aportar una persona y otra.

En las parejas también existe ese contrato. Dos personas aportan de manera recíproca a la relación, y a la persona que quieren. “Tus gestos amables conmigo se ven reforzados con muestras de cariño mías”, “¨Tú me acompañas y apoyas en una cosa, y yo te ayudo en lo que necesites”. Se establece un equilibrio, que no tiene por qué ser momentáneo, si no que se va ingresando en una cuenta bancaria emocional, de actitudes positivas hacia el otro. No se trata de un 50/ 50, ya que habrá momentos en los que un miembro de la pareja tenga que dar más que otro.

 

En las parejas infelices este acuerdo se ha roto, y precisamente lo que queda es un ambiente de tensión y rabia, se recuerda sólo lo negativo y por lo tanto aparece la venganza y el rencor. “Tú me has hecho este feo… pues yo no pienso ayudarte en esto otro”.
En ocasiones recordar la importancia de centrarse en lo positivo y en volver a ingresar en la cuenta emocional, es un cambio importante en la pareja.


4.- Evitar el conflicto puede arruinar la pareja.

 

En todas las parejas existen discusiones. No es malo que aparezcan, de hecho, un conflicto tiene la finalidad de exponer diferentes puntos de vista, entender la posición del otro y adoptar nuevas conductas. Esto precisamente es algo bueno para la relación.


Por lo tanto, lo importante está en la forma y la manera que suceden estas disputas.
Pensarás…. ¿Y cuál es la mejor manera de discutir? Es cierto que hay infinidad de manuales de asertividad, resolución de conflictos, expresar quejas, etc. En definitiva, la mayoría se centran en la importancia de la escucha activa y de la necesidad de hablar, todos y cada uno, de los problemas que aparezcan.

Según el Dr. John Gottman, con los datos recogidos en sus numerosas investigaciones sobre relaciones de pareja, centrarse únicamente en mantener una comunicación asertiva y mediante la escucha activa, no es un factor que determine una pareja feliz.

Para Gottman, no hay un estilo de conflicto necesariamente mejor que los demás. Lo más importante es que estilo que adopten funcione para ambos miembros de la pareja.


5.- La infidelidad es una causa principal de divorcio.

 

Investigaciones realizadas sobre parejas que se han divorciado aportan datos de que el 80% de parejas que se rompen ya había sufrido distanciamiento físico y emocional con anterioridad.  Y tan sólo el 20% de las relaciones rotas son causas directas de infidelidad.


Es decir, este fenómeno sucede al contrario. Las parejas que tienen problemas, se distancian, y están al borde de la ruptura, impulsan a los miembros a buscar relaciones externas a la pareja.

 


En este sentido,
la mayoría de los asuntos extra matrimoniales no se inician en un intento de saciar el deseo sexual insatisfecho, sino más bien en un esfuerzo para encontrar la amistad, el apoyo, la atención, el cuidado, la preocupación y el respeto, fuera de una relación que se siente carente de estas cualidades.


6.- Hombre y mujeres vienen de diferente planeta.

 

¿Quién no ha oído hablar alguna vez eso de “Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus”?


Esta idea de poner a cada sexo en un planeta como si se tratara de “alienígenas” totalmente extraños, que tienen que luchar contra sus impulsos para poder tener una convivencia, es algo que ha hecho mucho daño a la visión de las parejas heterosexuales.

Existen diferencias, es cierto. Pero las diferencias de sexo pueden contribuir a los problemas de pareja, pero no son la causa de ellos.

 

Gottman afirma que, “El factor determinante para que una mujer se sienta satisfecha con el sexo, el romance y pasión en su matrimonio… se debe en un 70% a la calidad de la amistad con su pareja. Para los hombres el factor determinante es igualmente, un 70% la calidad de la amistad con su pareja. De modo que a la postre hombres y mujeres parecen venir del mismo planeta



"NO SE TRATA DE AMAR MUCHO O POCO, SINO DE AMAR BIEN. EL AMOR NO SE PUEDE CUANTIFICAR"

Fuente:
John M. Gottman. (2014). Siete reglas de oro para vivir en pareja. España: Bolsillo.

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Henar Campos

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